El punto de partida del proyecto era mimetizarse con el lugar. Los objetos propuestos resaltan el paisaje y no compiten con él, nacen de él y así, la misma selección de materiales intenta contrastar en lo más mínimo con la naturaleza del lugar. Es un proyecto que resalta, protege y potencializa el lugar.

 

La mayor fuerza de la propuesta, como en la arquitectura vernácula de la tradición autóctona, radica en su sencillez. Proponemos usar los recursos del lugar, domesticarlos para cubrir las necesidades básicas, dejando lo que conocemos como lujo de lado Y usándolos con la tecnología de nuestra época.

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"La selva cae con la falda de La Sierra. Justo acá, se encuentra con el mar. Las palmeras parecen ponerse de acuerdo, dejando pasar la luz de la luna y del sol, para que juegue a hacer reflejos con la arena.

Al fondo se siente el mar; se escucha y se huele, pero no se ve.
Nos separa un manglar que se hunde en la topografía. Acá esta la calma, acá está la tranquilidad de un hogar -." F.M.